-ATARDECERES-

 1.Parque Nacional de Masai Mara. Kenya

Al atardecer, la infinitud de la sabana se tiñe de rojo regalándonos una de las imágenes más populares y más impactantes de África. Tras un intenso día de safari, no hay mejor recompensa que ver cómo se pone el sol tras la silueta de los animales y quizás, de alguna solitaria acacia. En pocos lugares del mundo es sol se muestra tan grande, tan rojo y tan brillante.



2. Desierto del Gobi. Mongolia.

El imponente silencio del desierto, el mar de dunas ante nuestros ojos y el horizonte rojizo fundiéndose con la arena es un espectáculo. Hemos seleccionado el gran desierto del Gobi, en Mongolia, pero cualquier gran desierto es un lugar de excepción para presenciar un atardecer de ensueño, la antesala perfecta a una noche bajo las estrellas.

3. Oia, Santorini. Grecia

Numerosas islas mediterráneas ofrecen sus atardeceres como atractivos de su geografía, pero entre todas ellas, Santorini tiene algo mágico. Desde el pequeño pueblo de Oia –inundado de turistas al atardecer, eso sí- se puede contemplar una idílica puesta del sol. El contraste de las casas blancas con los tonos naranjageo,  tras la caldera volcánica, forma una estampa irreproducible en ningún otro sitio.




4. Gran Cañón. EEUU

Tan sólo contemplar el Gran Cañón, con sus 445 kilómetros de largo y sus 29 de ancho, es una maravilla; pero aún lo es más cuando su roca se vuelve rojiza por los débiles rayos del sol que se esconde tras este monumento natural.

El Hope Point, donde se pueden ver capas de roca, es el mejor lugar para fotografiar uno de los mejores atardeceres del mundo, un espectáculo inmortalizado en infinidad de westerns como como ‘La Diligencia’ y ‘Centauros del Desierto’, dirigidos por John Ford e interpretados por John Wayne.



5. Avenida de los Baobabs. Madagascar
Junto a los lémures, los baobabs son la imagen más reconocible de Madagascar. En la Avenida de los Baobabs, los ejemplares pueden medir hasta 24 metros de altura y tener mil años de antigüedad. Su fantasmagórica imagen que recuerda a árboles plantados al revés –con las raíces en la copa- acompañan espectaculares y curiosos atardeceres .




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